Mi forma de terapia
¿Cuántas veces se preguntará una persona en su vida preterapia si debería ir a la psicóloga? Si te estás haciendo esta pregunta es que ya has dado el primer paso hacia posiblemente uno de los cambios más importantes y reveladores de tu vida. Y es que, cada vez somos más los que nos permitimos, después de muchas vueltas o muchos golpes, poner en orden nuestras vidas.
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Muchas de vuestras dudas están relacionadas con el hecho de “necesitar” o no una psicóloga. Es una duda perfectamente razonable teniendo en cuenta la inversión emocional y económica que implica. Yo misma las he tenido muchas veces con respecto a mi propio proceso terapéutico.
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No la necesitamos, por ejemplo, para respirar. Tampoco para conseguir un trabajo o una novia. Seguramente no la necesitamos para ya, muy pocas cosas en la vida son necesarias para ya. Sin embargo, sí es necesario un proceso terapéutico para identificar, tocar y moldear procesos emocionales y cognitivos que están tan instaurados en nosotros que ni siquiera somos conscientes de ellos. Algunos son funcionales y otros nos hacen la vida mucho más complicada, más difícil de llevar. Son éstos últimos los que descubrimos en terapia, los que entendemos y damos forma. Son éstos últimos de los que sólo eres consciente del daño que hacían una vez te los has quitado de encima.
Ni siquiera sé cómo explicarlo, ni cómo terapeuta que soy, ni cómo paciente que sigo siendo. Creo que describir el proceso de cambio que se genera en terapia sólo se entiende una vez pasas por terapia. Y hay cosas que nunca habrías pensado que estaban y que nunca te habrías imaginado que tenía tantas consecuencias en ti y en los demás.
Si tuviese que mojarme y describir qué es ir a terapia, te diría que es deshacerte de todas las cosas que crees que no pero la hacen más complicada, más difícil, más pesada.
Por si estás en ese momento en el que no sabes muy bien pero, bueno, hay una parte de ti que siente que no estaría mal probar, te cuento:
Actualmente me dedico, sobre todo, a la intervención psicológica en adultos, en pareja y en familia. Combino la consulta clínica impartiendo clases en la Universiad Complutense de Madrid a alumnos del Máster Habilitante en Psicología General Sanitaria.
Somos un equipo de cinco psicólogos: Laura, Liam, Celia, Maite y yo. Hacemos supervisiones semanales, conceptualizamos juntos cada caso y buscamos siempre formas de no estancarnos, de mirar lo que se nos esconde, de entender a la persona en su totalidad.
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Suelo trabajar con problemas relacionados con la ansiedad, el bajo estado de ánimo, sentimentales y de pareja, con trauma, con problemas de apego y con duelo.
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Quiero detenerme (más si cabe) en esto un segundito. Para nosotros, la ansiedad, la depresión, los ataques de ira, las adicciones, etc. son todo síntomas. Es decir, caras visibles de procesos más profundos que no están funcionando como debieran.
Procesos que en su momento se configuraron así porque tuvieron que hacerlo. Y menos mal. Sin embargo, a día de hoy que quizá todo esté más calmado o que yo tenga más recursos, interfieren. Bien, pues estos procesos son para todos iguales.
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Por eso, si no sabes exactamente qué te pasa, no hay problema. Ven a verme o llámame. Encontraremos tanto el síntoma, como su proceso subyacente y lo que necesitas para que todo vuelva a estar en orden.
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Con todo voy a haceros un pequeño resumen de los principales motivos por los que soléis acudir a terapia: